Historia, cultura y religión

Master K, en su libro The Beauty of Kinbaku, señala: «Un amigo mío japonés me dijo recientemente que ´para los japoneses, atar es algo casi tan natural como respirar´. (…) Por ejemplo lo bellos e intrincados que son los envoltorios de los regalos, (…) lo bonito que es el kimono, con su obi atado elegantemente a la cintura, (…) lo dramática que parece la armadura samurái, con cada elemento protector atado al cuerpo del guerrero, (…) o la práctica de atar ceremonial mizuhiki» (Master K).

Las cuerdas en Japón tienen sentido histórico, religioso y cultural desde hace siglos. Sin ir más lejos, la era histórica más antigua del Japón (13.000 a.C. – 300 a.C.) es conocida como Jōmon (縄文) -lo cual se traduce como “marcas de cuerda”-, por las decoraciones que hacían sobre las vasijas de cerámica (que se encuentran entre las piezas de alfarería más antiguas del mundo).

Por otra parte, el sintoísmo -la religión nativa de Japón- es un sistema de creencias panteísta, de adoración a los antepasados y a la naturaleza. Shin -también conocido como Kami- es el término genérico para los dioses, diosas, espíritus divinos y varios espíritus de la naturaleza que son adorados, rezados, celebrados y/o temidos en el sintoísmo. Estos habitan en objetos y lugares.

De relevancia para el shibari, para demarcar esos sitios sagrados se utiliza una cuerda (tradicionalmente de paja de arroz), llamada Shimenawa, presente en los Torii (鳥居) -portales ceremoniales y de acceso a templos-, pero también en objetos naturales como árboles y piedras que son venerados (Master K). Esto podría explicar porque para algunes de nosotres la persona atada se siente como “sagrada” y el poder abrazarla con nuestras cuerdas, un privilegio.

El cinturón o taparrabos ceremonial del luchador de Sumo (相撲) es decorado con cuerdas semejantes al shimenawa. Al iniciar la lucha realizan un ritual (shiko) en el cual pisan fuertemente el suelo para ahuyentar malos espíritus escondidos bajo tierra y convocar Kami positiva.

El mizuhiki (水引) es un arte de atadura ceremonial con 1.400 años de historia. Inicialmente era utilizado por la nobleza y otras personas de posición alta. Por ejemplo, las damas de la corte hacían intrincados nudos para decorar regalos y cartas, que comunicaban la identidad del remitente e incluso expresaban sus sentimientos. Este arte se fue popularizando y surgió la costumbre de obsequiar dinero en ocasiones como casamientos, nacimientos y funerales.

Lo que hoy conocemos como Furoshiki (風呂敷) ha existido en Japón por más de 1200 años. Originalmente se utilizaba para envolver objetos budistas, luego elementos valiosos de la nobleza y, finalmente, productos de mercaderes. El término se popularizó cuando comenzaron a abundar las casas de baños y empezaron a usarlos a modo de bolso para diferenciar sus pertenencias de las de los demás. Hoy se utilizan para llevar diversos objetos, entre otros… ¡nuestras cuerdas! Se considera una extensión del cuerpo, que abraza con fuerza y delicadeza a la vez.

El kimono (着物)«cosa que se lleva puesta”– era antiguamente cualquier prenda de vestir y luego se fue diferenciando de sus orígenes chinos y diversificándose según el género, estado civil, clase social y ocasión en que se usa. Los kimonos no tienen ni un solo botón o gancho y se visten atando ritualmente capas sobre capas anudadas, entre las cuales se encuentra el Obi, con sus hermosos moños decorativos.

Para transportar sake durante el periodo de Edo se utilizaban los komodaru (菰樽), barriles de madera envueltos en paja y anudados con cuerdas con bellos y complejos patrones.

Incluso las armaduras de la casta guerrera de los Samurai (侍) consistían en placas o escamas laqueadas de cuero o hierro, elegantemente unidas por cordeles de seda cuya confección podía demorar meses.

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